Resumen
El artículo examina la naturaleza de la agresión injustificada en una muestra de preescolares de la ciudad de Sevilla. Los niños y niñas se nominaron a sí mismos y a sus iguales en los roles de agresor, víctima, defensor, colaborador y espectador. Los sujetos fueron preguntados respecto del estatus sociométrico de sus compañeros y compañeras. Las maestras fueron interrogadas sobre sus percepciones respecto de los roles y el desarrollo físico y social de sus alumnos y alumnas. Los resultados muestran que los preescolares tienden a usar la agresión directa (cara a cara) más que la agresión indirecta (ejemplo, expandir rumores); los agresores no eran percibidos como tales pero eran más rechazados que los demás; los defensores resultaron ser los más populares; las víctimas no aparecieron ni como más débiles ni como más rechazadas, lo que contrasta con los resultados de los estudios sobre el mismo tema en edades más maduras. Se sugiere que estas diferencias se relacionan con la inestable naturaleza del proceso de agresión/victimización, durante los años preescolares.