Resumen
Se describen dos experimentos, realizados con una muestra de 240 sujetos igualados en sexo y entrevistados por 8 psicólogos y 10 policías, que han intentado comprobar si las categorías del modelo de control de fuentes ayudan a diferenciar el testimonio verdadero del falso. En el primer experimento la mentira pretendía exculpar a un delincuente (un violador) y en el segundo intentaba inculpar a un inocente, condición no descrita en la literatura acerca de la aplicación del modelo. En ambos se estima el estado emocional de los entrevistados a través del Profile of Moods States (POMS). Los resultados apuntarían a que el modelo es más eficaz cuando los sujetos con instrucciones de mentir están sometidos a una mayor carga emocional, es decir, cuando la mentira inculpa falsamente de hechos delictivos. Se discute la importancia forense de estos resultados.