Resumen
Después de señalar la incertidumbre y confusión a la que ha llevado la investigación neurobiológica de la esquizofrenia, como muestran y reconocen revisiones recientes, se ofrecen siete razones para su reconsideración como un trastorno del yo más que del cerebro. La primera razón empieza por concebir la esquizofrenia como un trastorno del yo, en la perspectiva de la fenomenología actual. La segunda relaciona el hecho de su origen reciente (a partir de 1750) con la particular configuración del yo moderno y la gran transformación de la comunidad en la sociedad de los individuos (industrialización, urbanización). La tercera hace hincapié en la afinidad entre esquizofrenia y adolescencia, una edad crítica en la formación del yo, que empezó a ser problemática a finales del siglo xviii. La cuarta es el mejor pronóstico de la esquizofrenia en los países en desarrollo, respecto de los desarrollados, lo que probablemente tiene que ver con el proceso de modernización (que todavía conserva estructuras comunitarias en los países menos desarrollados). La quinta es la alta incidencia de esquizofrenia entre emigrantes, como hecho a explicar en términos de un modelo socioevolutivo. La sexta revisa la leyenda genética de la esquizofrenia, cómo la epigenética devuelve el protagonismo al ambiente. La séptima y última razón se refiere a la reconsideración de la terapia psicológica como posible tratamiento de elección y no meramente adjunto a la medicación, sabido que para los pacientes es más importante la química interpersonal que la neuroquímica.