Resumo
Los productos textiles no suelen ser protagónicos en las prácticas museográficas tradicionales; se les considera objetos decorativos, piezas de arte popular o elementos etnográficos, pero generalmente apoyan discursos de otras tipologías museales, más convencionales y establecidas. Por ello, este texto compara los fondos y los sistemas expositivos de tres instituciones dedicadas exclusivamente al objeto textil: el Textile Museum of Canada (fundado en Toronto en 1975); el Museo Ixchel del Traje Indígena (inaugurado en Guatemala en 1977); y el Museo Textil de Oaxaca (abierto al público en 2008). Se propone que los museos textiles son entidades híbridas y sugerentes, con frágiles acervos que requieren soluciones museográficas provenientes de la antropología, la historia del arte occidental “culta” y las artes populares. Si bien el discurso curatorial de los museos textiles ha sido relativamente periférico, también es polivalente: (re)afirma identidades nacionales, pero construye nuevas visiones —más incluyentes— de diversidad cultural.