Pedro Rodríguez de Campomanes y el discurso sobre la educación popular
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Pedro Robles, A. E. de. (2007). Pedro Rodríguez de Campomanes y el discurso sobre la educación popular. Cuadernos De Estudios Del Siglo XVIII, (17), 275–298. https://doi.org/10.17811/cesxviii.17.2007.275-298

Resumen

Este trabajo se propone analizar algunos aspectos sobresalientes del ideario educativo de Pedro Rodríguez, conde de Campomanes, vertidos en una de sus principales obras, el Discurso sobre la educación popular de los artesanos y su fomento. En este sentido, nuestra lectura del texto parte desde dos posicionamientos: el primero reconoce la obra como una de las más significativas de la Ilustración española respecto a los criterios
educativos a aplicar para el fomento y la dignidad social del estamento popular, aunado al hecho de concebir la enseñanza de las clases populares como un factor de enriquecimiento económico y de progreso social; y el segundo, concibe este fomento de la educación popular como un proyecto desarrollado desde un posicionamiento ideológico de continuidad
reformista y no de ruptura con el pasado y sus tradiciones.

El pensamiento educativo de Campomanes ni ha sido tan pragmático como se le supone, ni tampoco inaugura, de manera explícita, las bases del liberalismo educativo. Por el contrario, sostenemos que sus ideas y propuestas son tan sólo el reflejo de unos planteamientos que navegan entre un pragmatismo utópico (si algo tan contradictorio en sí mismo
puede existir) y un conservadurismo social, que se reviste de «modernidad» y «puesta al día». Campomanes es un ilustrado a la «manera española». Contemplador de la «paz y la felicidad social» desde la tribuna privilegiada del poder monárquico. Combativo del clero romano, sin llegar a ser anticlerical; apasionado por el progreso de las artes y de la
industria, sin abandonar su tradicionalismo de utopía agrario pastoral (Pablo F. LUNA, «El intocable dominio y las reformas de la posesión: Los planteamientos de Campomanes», en Tiempos Modernos. Revista Electrónica de Historia Moderna, Barcelona, 2005, núm. 12, vol. 2, pág. 8, ‹www.tiemposmodernos.org›.); y voluntarista entusiasmado de las
nuevas ideas educativas, sin que su aplicación supusiese la socavación y el fin de la moralidad
católica, que se seguía manteniendo como eje estructurador de la sociedad española (la Ilustración española no se puede observar como un grupo ideológico homogéneo, sino más bien como una «elite cultural y política» que comparte una manera de ver y diagnosticar los problemas que afectan a España y su imperio. Pero que, no obstante, poseen
diferencias sustanciales a la hora de enfrentar y de establecer las medidas necesarias para su solución y regeneración. En este sentido, no es lo mismo el accionar ilustrado del conde de Floriblanca que el de Campomanes o el del mismo Jovellanos, con quien Campomanes
compartió ideales y proyectos. En síntesis, el movimiento ilustrado español se caracterizó por esa heterogeneidad de acción, yendo desde posiciones y propuestas que pueden ser calificadas de progresistas, hasta posiciones evidentemente conservadoras).

Campomanes era un hombre de una enorme erudición, de un profundo conocimiento de la historia española y de una cierta originalidad burocrática que le permitió ofrecer al poder despótico de la monarquía, las «recetas» necesarias para ajustar, moldear o, en todo caso, cambiar, lo imprescindible. Pero su accionar y su pensamiento jamás abandonaron
el marco de la «legalidad controlada». Una legalidad que, aun a sabiendas de que era insuficiente, resultaba difícil de manejar y proteger frente a los continuos ataques sufridos desde los púlpitos y los rancios salones de la aristocracia transmontana.
PALABRAS CLAVE: Campomanes. Educación.

https://doi.org/10.17811/cesxviii.17.2007.275-298
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