Las History Plays de William Shakespeare y la construcción retórica de la Inglaterra moderna

Resumen

La Inglaterra de la década del 1590 estuvo marcada por un pronunciado sentimiento de optimismo "nacional". La milagrosa victoria sobre la poderosa (aunque, bajo ningún concepto, "invencible") Armada, así como la decisión de finalmente incorporarse a la carrera colonial al otro lado del Atlántico, llevó a los isabelinos al convencimiento de que habían sido llamados a desempeñar un papel determinante en la arena de la política internacional, y que este papel había de estar sustentado en la creación imaginativa de una identidad nacional estable, inalterable y claramente diferenciada del resto de identidades nacionales del continente. Durante este período la identidad nacional "inglesa" no es un concepto plenamente definido, sino más bien una fantasía de comunidad bajo asedio e incesante negociación retórica. En las 'History Plays' de William Shakespeare, contribución fundamental a esta nueva identidad nacional imaginada, la nación que emerge es elitista, aristocrática e incluso militarista; esta nación retóricamente construida no se basa en la comunión entre las clases altas, medias y bajas, lo masculino y lo femenino, lo inglés, irlandés, escocés o galés, sino más bien en la corroboración de ciertos valores tradicionales de marcado cariz feudal y caballeresco pertenecientes a un pasado que se rememora con nostalgia.

Este artículo pretende aislar las estrategias retóricas, los tropos, mediante los que las historias de Shakespeare alimentan la fantasía de una nueva y emergente nación inglesa. Como parte del proyecto de la dinastía Tudor dirigido a construir un mito de ascendencia legítima y de futuro providencial, las historias contribuyen al establecimiento de una política oficial diseñada para legitimar la presencia Tudor en el trono. La peculiaridad de este conjunto de diez obras consiste en cómo las dos aproximaciones históricas que en ese momento se encuentran en pleno estado de transición, de la 'providencialista' hacia la maquiavélica, conviven sin que esto represente ninguna contradicción inherente para el bardo inglés. Aunque Shakespeare crea personajes cuyas acciones calculadas contribuyen a alterar el rumbo de la historia inglesa, el dramaturgo aún parece defender una visión de cariz providencialista que, sin duda, le era más adecuada y útil en su empresa de construcción mítica.

PDF