Resumen
Desde la finalización de su ajetreada construcción (se comenzó justo antes de la Guerra Civil y tuvo que esperar al final de esta contienda para ver acabada su fábrica), no se realizan más obras en la iglesia de San Antonio de Padua que las llevadas a cabo para adaptar su presbiterio al Concilio Vaticano II en 1970.
Las obras exteriores e interiores realizadas recientemente en el conjunto del edificio han tenido por objeto solucionar los problemas existentes de filtraciones de agua en muros y cubiertas, así como poner al día acabados e instalaciones (acústica, iluminación, calefacción, electricidad…). Durante las obras se ha realizado un trabajo exhaustivo de limpieza en volúmenes, elementos constructivos e iconografía para conseguir un espacio más sobrio y adusto, acorde con el espíritu de pobreza que identifica a la orden mendicante que la construyó y regenta actualmente: los Hermanos Franciscanos Capuchinos.